“El Poder del Reino te libera del Sistema del Mundo”.
Todo sistema
está basado bajo normativas o reglas que lo rigen y le direccionan hacia algo
específico. Por lo tanto las sociedades están basadas por reglas que las
conforman.
El Reino de
Dios también está basado en un sistema que es sustentado por El mismo, lo que
lo hace incorruptible, veraz, inequívoco, en donde no hay cabida para los
principios de las tinieblas.
En cambio el
Sistema del Mundo, (basado en conocimiento humano) se presta a corruptibilidad,
sus principios son continuamente violentados, lo que le hace errático y lo
lleva a ser Falible.
La biblia
describe la Sabiduría que no procede de Dios
de la siguiente manera:
13 ¿Quién es sabio y entendido entre ustedes? Que lo demuestre con
su buena conducta, mediante obras hechas con la humildad que le da su
sabiduría. 14 Pero si
ustedes tienen envidias amargas y rivalidades en el corazón, dejen de presumir
y de faltar a la verdad.15 Ésa no es la sabiduría que
desciende del cielo, sino que es terrenal, puramente humana y diabólica. 16 Porque donde hay envidias y rivalidades, también hay confusión y
toda clase de acciones malvadas.
17 En cambio, la sabiduría que desciende del cielo es ante todo
pura, y además pacífica, bondadosa, dócil, llena de compasión y de buenos
frutos, imparcial y sincera. 18 En fin,
el fruto de la justicia se siembra en paz para los que hacen la paz. Santiago 3:13-18 NVI
Esto nos hace
ver que es imposible que un Gobierno humano pueda salir adelante, sin antes
tomar en cuenta principios y valores que estén basados en un sistema
incorruptible. Un error que por mucho tiempo en los anales de la historia, el
hombre continuamente ejecuta, pensando que sin Dios podrá salir adelante y
podrá subsistir su sistema sin colapsar. Por tiempo grandes imperios y sus
reyes han pretendido Gobernar esta tierra y aun mas Gobernar a Dios a través de
su Sistema, quedando demostrado que ningún Gobierno Humano podrá Gobernar a
Dios y su Voluntad perfecta, para la Creación.
Un Gobernante
sin el temor de Dios (entendiéndose cuando decimos Temor, a un estado de reverencia que nos lleva a cumplir principios
por Amor y no por Miedo, sin coerción alguna o manipulación por advenimiento
del Mal), llevara a un pueblo o nación a un fracaso seguro, pues su orgullo y
altivez lo llevara a tomar decisiones improductivas que solamente alimentaran
su Ego y su falsa grandeza.
Veamos un
Ejemplo de los muchos que Dios tuvo que ejecutar, sobre un Rey que fue capaz de
erigir un imperio como lo fue el Babilónico, el personaje; Nabucodonosor.
Desde el Capítulo 1 hasta el capítulo 4 del Libro
de Daniel, podemos ver a un Nabucodonosor, conquistador y Rey sobre naciones y
reinos que se rodeaba de Magos, adivinos y hombres sabios para fortificar su
gran Imperio, entre los cuales conoce e incluye a Daniel a quien llamo
Beltasar, luego de que este le revelara un sueño de parte de Dios, colocándolo
como principal entre estos Magos y adivinos. A su vez Daniel solicita que sean
escogidos Sadrac, Mesac y AbedNego, hombres que toda su vida habían servido a
Jehová Dios a los cuales les confía poder y autoridad en ciertos cargos del
gobierno.
Tanto Daniel
como Sadrac, Mesac y Abednego siempre anduvieron y caminaron según los
estatutos de Jehová su Dios. Pero Nabucodonosor aun cuando había visto el Poder
y la Grandeza de Jehová Dios, no temía a este y continuamente les quería
obligar a que quebrantaran sus principios y abandonaran sus creencias por las
de él.
Fue tanto el
Orgullo y altivez de Nabucodonosor ante Jehová, que este decidió humillarlo por
completo sin quitarle el reinado, sino postergando este por un tiempo de siete
años hasta que al fin del tiempo determinado el Rey recobrara su lucidez y
reconociera su falta delante de Jehová Dios. Veamos el cumplimiento de esa
Palabra textualmente. Leamos Daniel 4:
33 al 36
33 Y al instante se cumplió lo anunciado a Nabucodonosor. Lo
separaron de la gente, y comió pasto como el ganado. Su cuerpo se empapó con el
rocío del cielo, y hasta el pelo y las uñas le crecieron como plumas y garras
de águila.
34 Pasado ese tiempo yo, Nabucodonosor, elevé los ojos al cielo, y
recobré el juicio. Entonces alabé al Altísimo; honré y glorifiqué al que vive
para siempre:
Su dominio es eterno; su reino permanece para siempre.35 Ninguno de
los pueblos de la tierra merece ser tomado en cuenta.
Dios hace lo que quiere con los poderes celestiales
y con los pueblos de
la tierra. No hay quien se oponga a su poder ni quien le pida cuentas de sus actos.
36 Recobré el juicio, y al momento me fueron devueltos la honra, el
esplendor y la gloria de mi reino. Mis consejeros y cortesanos vinieron a
buscarme, y me fue devuelto el trono. ¡Llegué a ser más poderoso que antes! 37 Por eso yo, Nabucodonosor, alabo, exalto y glorifico al Rey del
cielo, porque siempre procede con rectitud y justicia, y es capaz de humillar a
los soberbios.
¡Qué lección
tan grande la que Dios le enseño a Nabucodonosor!
Esto es algo
que todo Rey y Señor debe aprender. Y cuando digo Rey y Señor no solo me
refiero a quienes han sido puestos como cabezas de Naciones, sino a quienes se
nos ha dado la potestad de ser llamados Reyes y Señores.
El Gobierno
del cual Jesús es Rey y Señor sobre todas y todos no da cabida para alteración
alguna por parte de otro sistema que no sea el de Jehová Dios. No podemos
Olvidar que no hay cabida para una mentalidad ambigua dentro del Reino de Dios.
Solo es mediante el Triunfo sobre el Sistema del Mundo que demostraremos la
grandeza del Gobierno y el Rey a los cuales pertenecemos. Entonces seremos
reconocidos por el Poder, Majestad y Gracia, no nos inmutaremos ni nos
contaminaremos, sino que la Honra nos precederá, haciendo nuestro Reinado Fiel,
Perdurable un legado por las Generaciones, gracias a que fuimos Reyes Genuinos
que no sucumbieron ante el Sistema.
“7 El temor del Señor es la base del verdadero conocimiento, pero los necios desprecian la
sabiduría y la disciplina”. Proverbios 1:7 NTV.
Pastor
Willmer Álvarez R.
Centro
Cristiano El Pan De Vida
Maracaibo
Venezuela