English French German Spain Italian Dutch Russian Portuguese Japanese Korean Arabic Chinese Simplified

lunes, 31 de octubre de 2016

Señor ¿Como viene a nosotros tu Reino?

Por muchos años aprendimos que el modelo de oración que debíamos efectuar para pedirle a Dios, debía estar basada en aquella importante oración que Jesús le enseño a sus discípulos, El Padre Nuestro. Y es, que hasta que no entendamos la esencia del mismo no vamos a ser sino "Parloteadores" (termino original con el que se quería decir que se hablaba demasiado), que ejecutamos vanas palabrerias, que en realidad no pasan ni del techo de nuestros hogares. Por eso escrito esta en la Palabra de Dios, que pedimos y no pedimos bien o no sabemos pedir (Santiago 4:2-3).

Y es que como seres humanos solo estamos pendiente de las cosas que nos apremian, como el agua, la luz, el teléfono, la comida etc..etc... estas cosas nos han llevado a tergiversar la enseñanza de Jesús con respecto al Padre Nuestro.

Si lo leemos de forma literal y si búsqueda de espíritu alguno, no sera mas que una petición mal fundamentada, como así? veamos.

Nunca podemos olvidar que La Palabra de Dios es Espíritu y es Vida, lo que quiere decir que si no buscamos el Espíritu de vida en ella andaremos como muertos, pues, "la Letra mata mas el Espíritu Vivifica" (2da. Cor. 3:6). Y este mismo versículo nos insta a que andemos como "Ministros competentes del Nuevo Pacto".

Jesús al entregarnos El Padre Nuestro, estaba dejando un decálogo para que entendiéramos que habíamos sido escogidos y por quien pero aun mas importante es el tener la capacidad de comprender que esa Paternidad que venia de Dios iba a ser implantada en nosotros mediante su Palabra eterna y el Espíritu Santo.

Jesús era el Reino de Dios viniendo a los hombres, pero el sabia que era necesario que los principios de ese Reino fueran inseminado en nosotros, cuando vemos esto, podemos interpretar el Padre Nuestro (Mateo 6:9-13) de una manera diferente, podemos decir:


Padre nuestro que estás en los cielos, (de donde fueron hechas todas las cosas que no vemos)


Santificado sea tu nombre, (al cual damos toda adoración y gloria)


Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. (Sean establecidos tu principios en nosotros y en este mundo, para que así podamos ejercer Tu voluntad soberana sin que impere mis deseos, lo que yo creo que es bueno y agradable pero que nada tiene que ver contigo, y así poder traer palpable lo que ya tu has provisto para mis necesidades)


El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. (danos, esa palabra que nos alimenta a diario y que fortalece nuestro espíritu, inteligencia, sabiduría y aumenta nuestro discernimiento para recibir Tu revelación)


Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. (que así como nosotros hemos sido tratados con Tu misericordia, compasión y sensibilidad, podamos ser nosotros con nuestros prójimos y prevalezca Tu amor en nosotros)


Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén. (que las pruebas podamos superarlas por tu fuerza y venzamos el mal con ese poder con que hemos sido investidos para mantenernos firmes. Pues esa es Tu voluntad y la esencia de Tu Reino y a Ti nos rendimos y nos entregamos completamente hasta la eternidad. Así es)


De esta forma haremos que todas las cosas que provienen de su Voluntad puedan hacerse para nuestras vidas, es decir estaremos bajo su plena voluntad y esta es la clave de todo.


Recordemos Mateo 6:25-33..





25Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? 26Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? 27¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? 28Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; 29pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. 30Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? 31No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? 32Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. 33Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.


Esta debe ser nuestra realidad.




Pastor Willmer Alvarez R.