Amor con Propósito.
Juan 3:16-20
16"Pues Dios amó tanto al mundo, que dio a su Hijo único,
para que todo aquel que cree en él no muera, sino que tenga vida eterna. 17Porque
Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por
medio de él.18"El que cree en el Hijo de Dios, no está condenado; pero el
que no cree, ya ha sido condenado por no creer en el Hijo único de Dios. 19Los
que no creen, ya han sido condenados, pues, como hacían cosas malas, cuando la
luz vino al mundo prefirieron la oscuridad a la luz. 20Todos los que hacen lo
malo odian la luz, y no se acercan a ella para que no se descubra lo que están
haciendo. 21Pero los que viven de acuerdo con la verdad, se acercan a la luz
para que se vea que todo lo hacen de acuerdo con la voluntad de Dios."
Por
mucho tiempo hemos citado este versículo bíblico (Jn3:16), para dar a demostrar
el amor de Dios hacia los Hombres y que así puedan estos conocer a Jesús como
único redentor sobre esta tierra. ¿Pero será, que en realidad le hemos dado la
importancia a valor que poseen espiritualmente y todo el contexto que precede a
estas palabras?
Al
leer detenidamente las palabras de Jesús debemos destacar el énfasis que El le
da, en cuanto a que hay hombres que han tomado la decisión de no cambiar su
vida ante la verdad de Dios. La frase "Cuando
la Luz vino al Mundo prefirieron la Oscuridad a la Luz", hace
reflexionar respectivamente, a quienes se refiere Jesús con estas palabras y a
su vez inmediatamente refleja la razón o el propósito de aquellos que han
entendido y que sencillamente trabajan según la voluntad de Dios.
Hoy
día debemos aplicar esta porción de la palabra en nosotros.
Y es
que no hemos entendido que el factor preponderante que ha movido a Dios, a
darle una posición de privilegio al hombre es el amor incondicional hacia su
Creación. Nuestra mente aun no ha podido asimilar hasta donde llega la visión y
el propósito de Dios con el hombre y es que para poder hacerlo, tenemos
primeramente que entender que Dios es un Dios de Objetivos Cumplidos.
Veámoslo
desde este punto de vista: Dios ya determino, que el hombre seria el Rey y
señor de esta Tierra. Así que la misma seria regida por Reyes y Sacerdotes
escogidos de antemano con un propósito establecido y que no puede ser alterado
por nada ni por nadie. Y todo lo que movió a Dios ¿que fue? Un propósito basado
en El amor. Un amor que necesitamos nos sea revelado, un amor que no hemos
comprendido por qué no hemos sido capaces de seguir el más grande ejemplo de
Dios; ¿cuál es? Entrega…Darse a por completo solo por el Propósito Eterno.
Pero
¿Cómo darse a sí mismo?, si lo definiéramos literalmente es el acto de entrega sin
reservas ni condiciones, y de manera voluntaria. Esta clase de entrega de parte
de Dios no venia vacía, venia repleta de Amor. Dios en su más álgido momento
como Padre, fue capaz de entregar a su Único hijo por Amor a Nosotros. Pero no
menor fue la entrega de ese Hijo únicamente por Amor hacia su padre y hacia
nosotros. El simplemente resolvió hacerlo, nadie le obligo; El lo decidió.
Es a
este punto donde verdaderamente debemos enfilar nuestra vida y es que nadie
puede enseñar lo que no se le ha revelado. San Francisco de Asís lo expreso de
la siguiente manera: “Predica el Evangelio y si es necesario Usa las Palabras”.
Y es que no podemos dar de lo que no hemos descubierto que nos ha sido dado. Tan
simple como el hombre que recibe un libro de regalo sin saber leer.
Necesitamos
la revelación, pero una revelación que se viva y se manifieste con Amor incondicional, el mismo que movió a Dios a
escoger al hombre como su máxima creación y colocarlo sobre todas las cosas, el
amor que llevo a Dios a jurar por sí mismo y pactar con Abraham por causa de la Palabra eterna que había
establecido para la humanidad, ese amor que movió a Jesús a asumir una Muerte
atroz, para devolver El gobierno y señorío que había perdido en el edén el
hombre. Ese amor con el cual El espera que tú y yo también respondamos a todo
aquel que necesite de Él; si es que verdaderamente vive El en nuestro corazón.
Recordemos
las palabras más hermosas y maravillosas que han podido ser dicha por ser
alguno:
12Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os
he amado. 13Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus
amigos.
Esto
es entrega, es Amor con propósito…