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viernes, 2 de mayo de 2014

Amor con Propósito.   Juan 3:16-20

16"Pues Dios amó tanto al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que cree en él no muera, sino que tenga vida eterna. 17Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él.18"El que cree en el Hijo de Dios, no está condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado por no creer en el Hijo único de Dios. 19Los que no creen, ya han sido condenados, pues, como hacían cosas malas, cuando la luz vino al mundo prefirieron la oscuridad a la luz. 20Todos los que hacen lo malo odian la luz, y no se acercan a ella para que no se descubra lo que están haciendo. 21Pero los que viven de acuerdo con la verdad, se acercan a la luz para que se vea que todo lo hacen de acuerdo con la voluntad de Dios."

Por mucho tiempo hemos citado este versículo bíblico (Jn3:16), para dar a demostrar el amor de Dios hacia los Hombres y que así puedan estos conocer a Jesús como único redentor sobre esta tierra. ¿Pero será, que en realidad le hemos dado la importancia a valor que poseen espiritualmente y todo el contexto que precede a estas palabras?

Al leer detenidamente las palabras de Jesús debemos destacar el énfasis que El le da, en cuanto a que hay hombres que han tomado la decisión de no cambiar su vida ante la verdad de Dios. La frase "Cuando la Luz vino al Mundo prefirieron la Oscuridad a la Luz", hace reflexionar respectivamente, a quienes se refiere Jesús con estas palabras y a su vez inmediatamente refleja la razón o el propósito de aquellos que han entendido y que sencillamente trabajan según la voluntad de Dios.

Hoy día debemos aplicar esta porción de la palabra en nosotros.

Y es que no hemos entendido que el factor preponderante que ha movido a Dios, a darle una posición de privilegio al hombre es el amor incondicional hacia su Creación. Nuestra mente aun no ha podido asimilar hasta donde llega la visión y el propósito de Dios con el hombre y es que para poder hacerlo, tenemos primeramente que entender que Dios es un Dios de Objetivos Cumplidos.

Veámoslo desde este punto de vista: Dios ya determino, que el hombre seria el Rey y señor de esta Tierra. Así que la misma seria regida por Reyes y Sacerdotes escogidos de antemano con un propósito establecido y que no puede ser alterado por nada ni por nadie. Y todo lo que movió a Dios ¿que fue? Un propósito basado en El amor. Un amor que necesitamos nos sea revelado, un amor que no hemos comprendido por qué no hemos sido capaces de seguir el más grande ejemplo de Dios; ¿cuál es? Entrega…Darse a por completo solo por el Propósito Eterno.

Pero ¿Cómo darse a sí mismo?, si lo definiéramos literalmente es el acto de entrega sin reservas ni condiciones, y de manera voluntaria. Esta clase de entrega de parte de Dios no venia vacía, venia repleta de Amor. Dios en su más álgido momento como Padre, fue capaz de entregar a su Único hijo por Amor a Nosotros. Pero no menor fue la entrega de ese Hijo únicamente por Amor hacia su padre y hacia nosotros. El simplemente resolvió hacerlo, nadie le obligo; El lo decidió.

Es a este punto donde verdaderamente debemos enfilar nuestra vida y es que nadie puede enseñar lo que no se le ha revelado. San Francisco de Asís lo expreso de la siguiente manera: “Predica el Evangelio y si es necesario Usa las Palabras”. Y es que no podemos dar de lo que no hemos descubierto que nos ha sido dado. Tan simple como el hombre que recibe un libro de regalo sin saber leer.

Necesitamos la revelación, pero una revelación que se viva y se manifieste con  Amor incondicional, el mismo que movió a Dios a escoger al hombre como su máxima creación y colocarlo sobre todas las cosas, el amor que llevo a Dios a jurar por sí mismo y pactar con  Abraham por causa de la Palabra eterna que había establecido para la humanidad, ese amor que movió a Jesús a asumir una Muerte atroz, para devolver El gobierno y señorío que había perdido en el edén el hombre. Ese amor con el cual El espera que tú y yo también respondamos a todo aquel que necesite de Él; si es que verdaderamente vive El en nuestro corazón.

Recordemos las palabras más hermosas y maravillosas que han podido ser dicha por ser alguno:

12Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. 13Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.


Esto es entrega, es Amor con propósito…